Colegiata Santa Maria

Levantada sobre un templo románico, la actual colegiata es fruto de tres intervenciones distintas que se llevaron a cabo en los años posteriores a la reconquista y en época mudéjar. La primera, consecuencia de la llamada ‘Guerra de lo Pedros’ y que dejó grandes desperfectos, la convirtió en un ejemplo de templo conocido como ‘iglesia fortaleza’. Hoy en día puede admirarse una tribuna defensiva en la zona que está junto al pórtico.
Cuando fue nombrada colegiata se acometió la segunda actuación, ya que se construyo el claustro.
A finales del siglo XVIII, el estado en el que se encontraba la nave central hizo necesaria una nueva actuación acorde a las técnicas de construcción y decoración de la época. Grazas aos mellores arquitectos e restauradores se pueden apreciar hoy en día en el interior de la nave.

La colegiata fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1982.

Si observamos el edificio desde el exterior, destacan el pórtico y las dos torres. El pórtico, de relativamente reciente construcción (s. XIX), se levantó para sustituir a otro anterior que se encontraba en estado ruinoso. Junto al pórtico se encuentra un edificio del siglo XVI que fue sede del Hospital Sancti Spiritus y que hoy en día acoge el Museo de la Colegiata. Al otro lado del pórtico se encuentran los restos restaurados de la antigua iglesia-fortaleza y donde se adivinan los sillares del antiguo templo románico.

En cuanto a las torres, a pesar de que ambas son de planta rectangular y están adosadas a la parte inferior de la nave, lo cierto es que tienen características diferentes. Por un lado está la que se conoce como ‘La Torre del Reloj’, que se levanta sobre un pie de sillar. A este pie se suman tres pisos de estilo mudéjar del siglo XIV y a los que se añadió otro en el siglo XVI. Por último, un nuevo piso se añadió de estilo clasicista. Una de las curiosidades de esta torre es el impacto de artillería que puede verse en una de sus aristas y que fue causado por las tropas Austracista en la Guerra de Sucesión.
La segunda torre, conocida como ‘Torre de las Campanas’ también tiene una parte de piedra en su base, una parte central de ladrillo (S. XVI) y que fue completada en el s. XIX.

El claustro es el segundo elemento de la estructura y su construcción comenzó en 1.465, con posterioridad a que la iglesia fuese nombrada colegiata. Se trata de un claustro mudéjar de planta cuadrada. Destaca la forma en que el claustro se abre al patio central, puesto que los vanos que se abren son arcos gemelos apuntados con un óculo sobre ellos. De los 4 tramos que rodean el claustro, uno quedó desvirtuado por la apertura en su interior de varias capillas.

Del interior de la iglesia destacan: el coro, un buen ejemplar de la sillería gótica aragonesa que tiene en el coro de la Seo sus orígenes, el órgano, el retablo mayor, la cripta y las capillas.