Museos

El Museo de la Colegiata de Santa María se encuentra alojado en un magnífico edificio del siglo XVI y que originariamente fue construido como sede del hospital Sancti Spiritus, hasta que éste fue trasladado en 1.868 a una nueva ubicación, el antiguo Convento de los Capuchinos. La construcción, fechada exactamente en 1.560 y rehabilitada para tal efecto en 2003, año de la inauguración del museo, se encuentra en uno de los lados de la colegiata (parte exterior). El edificio albergó también durante algunos años las Escuelas de Niñas, y posteriormente, cuando el hospital fue trasladado, el inmueble fue vendido, siendo utilizado como taller de carpintería y almacén de muebles. Finalmente, en 1.998 fue adquirido por el Ayuntamiento de Borja y restaurado para tal fin.

Este proyecto cultural surgió como consecuencia de un convenio suscrito entre el Obispado de Tarazona y el Ayuntamiento de Borja con el objetivo de exponer una parte del patrimonio artístico de la antigua Colegiata de Santa María de Borja.

Sus dependencias acogen en la actualidad una colección de obras de arte vinculadas a la antigua colegiata de Sta. María. Casi todas las obras expuestas proceden de la propia colegiata de Santa María: en unos casos porque fueron adquiridas o donadas para su uso litúrgico y en otros, porque allí fueron depositadas tras la supresión de los cuatro conventos de religiosos que hubo en la ciudad.

Sus siete salas se disponen en tres plantas, teniendo como eje un patio central con cuatro columnas anilladas, singular ejemplo de la arquitectura renacentista aragonesa.

El Museo Arqueológico de Borja pretende dar a conocer, a través de sus colecciones, los orígenes de las sociedades que habitaron esta tierra antes que nosotros. Es un equipamiento cultural, educativo y de ocio de primer orden, materializado gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento de la Ciudad de Borja y el Centro de Estudios Borjanos.

La sede

La exposición se ubica en la antigua parroquia de San Miguel, un edificio de origen románico (s. XII),del que puede verse el ábside y que está declarado Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés. Ampliado en la etapa mudéjar (s. XIV), conserva de esa época la techumbre de madera y parte de la torre. Se reforma en el siglo XVII al gusto barroco, y de esta etapa destaca la magnífica celosía de yeso de los pies (1602). Restaurada por el ayuntamiento borjano para este fin, supone un marco idóneo para la presentación de esta colección. Uno puede hacer se idea de lo que era este templo y su evolución hasta lo que es hoy a través de un panel donde se explica En su nave y en las capillas laterales, una serie de vitrinas y expositores muestran al visitante testimonios arqueológicos de toda la zona reunidos a lo largo del tiempo.

La colección

Antes del inicio de la visualización de las obras conviene detenerse en unos paneles introductorios en los que se glosa la historia de las investigaciones arqueológicas en la comarca y se explica el método arqueológico y su desarrollo. La visita tiene un desarrollo cronológico que comienza por el Paleolítico y que muestra dos bifaces, un canto tallado y otros elementos pertenecientes al Paleolítico inferior, así como industrias musterienses de yacimientos borjanos del Paleolítico medio.

En un soporte vertical se explica el Neolítico en el valle del Huecha y sus características que enlaza con el siguiente espacio expositivo donde se exponen diversas piezas pertenecientes al Calcolítico, entre las que destaca la cazuela campaniforme de Los Abrigaños de Bisimbre y las piezas metálicas de este periodo: puntas Palmela y cuchillo de lengüeta. En otra vitrina 3 se exhiben varias cerámicas, utensilios de sílex (puntas de flecha y dientes de hoz), metálicos (punzón y su molde) y de hueso (punzones y sierra) pertenecientes al complejo de yacimientos de la Edad del Bronce de la Muela de Borja. Se continúa la visita con una muestra de materiales de diversos yacimientos de la Edad del Bronce del valle del Huecha: cerámicas carenadas, cuencos, dientes de hoz... Resalta el conjunto dedicado a la metalurgia del bronce, compuesto por mineral de cobre (Tabuenca), el molde de fundición de un cincel y fragmentos de crisol de Siete Cabezos (Magallón).

Primera Edad del Hierro: se muestran materiales cerámicos de los yacimientos de Fréscano como El Morredón, La Cruz y Burrén y Burrena: ollas y vasitos de cuello cilíndrico, cuencos, una pesa de telar, cerámica excisa. Destaca una figurilla de bronce de un carnero. Se completa esta etapa con vestigios de otras zonas del valle del Huecha, como cerámicas de Borja o como una rara bandeja o una urna funeraria de El Quez (Alberite de san Juan). Segunda Edad del Hierro: representada por la cultura celtibérica, se puede contemplar a través de la ciudad de Bursau, con materiales de esa misma ciudad y de otros yacimientos. Hay armamento de guerra, importaciones romanas, objetos de adorno y juego, pesas de telar y monedas de la ceca Bursau.

El mundo romano se muestra a través de cerámicas de mesa y comunes, lucernas, herramientas, elementos de higiene personal y adornos (a destacar el entalle de jaspe representado a Ganímedes). En la misma sala, vitrinas que contienen también elementos del primitivo cristianismo de la zona, así como una selección de materiales hispanovisigodos.

La etapa islámica viene representada por diferentes objetos, entre los que sobresale un relieve de alabastro con decoración vegetal y cerámicas de cuerda seca o pintadas. Elementos de le época feudal hasta el siglo XVI: son dignos de mencionar el conjunto de loza de reflejo dorado, así como un mortero de Málaga pintado en azul sobre blanco. Una vitrina situada en el ábside contiene una pieza excepcional: una inscripción hebrea recuperada en la judería Borja en la que se menciona a Moisés el Sevillano, identificado como un médico de la aljama borjana del siglo XV. La colección se completa con piezas exentas. Desde una vasija de almacenaje de cereal de la primera Edad del Hierro a un conjunto de bolas arrojadizas de piedra medievales, pasando por molinos prehistóricos y celtibéricos, una escultura romana representando a un atleta, tres sarcófagos hispanovisigodos, una tinaja islámica o dos capiteles procedentes del castillo de Borja.

Tarifa: gratuita
Dirección: Plaza de San Francisco, s/n
Borja (Zaragoza)
Contactar en los teléfonos.: 976 852 947 - 670 230 780

O también en Oficina de Turismo de Borja
Tfn.: 662 347 611
mail: turismo@borja.es

O también en Ayuntamiento de Borja
Tfn.: 976 852 001
mail: ventanillaunica@borja.es

Este museo, ubicado en uno de los edificios más bellos de la localidad, debe su nombre al ilustre pintor borjano Baltasar González Ferrández (1.861-1.936). Este artista aragonés inició sus estudios en Zaragoza, en la Escuela Provincial de Bellas Artes y completó su formación en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado, que dependía directamente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, participando en importantes exposiciones nacionales. Pasó gran parte de su vida en su pueblo natal, donde realizó una variada producción pictórica de retratos, paisajes naturales de amplio horizonte y escenas campesinas y costumbristas, muchas veces con un marcado acento sentimental y teatral. Sus lienzos transmitían una visión placentera del campo y de la naturaleza, en clara contra posición a la ciudad y la sociedad urbana.

Fue alcalde de Borja en varias ocasiones hasta su muerte durante el conflicto de la Guerra Civil Española. Su obra, a pesar que la viuda del pintor donó gran parte de la obra al Museo Provincial de Zaragoza, se encuentra muy difuminada entre particulares y familiares.

Este museo quiere rescatar la trayectoria de este pintor y proyectarla más allá del ámbito local. A pesar de la ausencia de premios o galardones que reconociesen el mérito de su trayectoria pictórica, la obra y el estilo de este artista no deben pasar desapercibidos.

El edificio que sirve de sede para este museo constituye el ejemplo más antiguo de arquitectura civil existente en Borja, encuadrable dentro de la tipología del mudéjar primitivo y del que desgraciadamente pocos restos existen en la actualidad en Aragón.

Se trata de una construcción realizada a caballo entre los siglos XIV-XV, de planta rectangular, compuesta de dos plantas y falsa bajo cubierta, desde la que se accede al espacio cubierto que constituye el arco volado sobre la calle Planilla. El alero de la fachada principal está realizado con diferentes hiladas de ladrillo y una teja invertida, siendo el conjunto de buen tamaño y vuelo.

Sus salas cubiertas con alfarjes góticos son utilizadas para exposiciones temporales, pero en un futuro próximo, se espera poder instalar una colección permanente del pintor borjano que da nombre al museo.

Horarios de visitas, tarifas, dirección y contacto:
Horario: el de las exposiciones
Tarifa: Gratuita
Dirección: C/ San Bartolomé, 16 Borja (Zaragoza)

Tfn.: 976 852 001 (Ayuntamiento)
mail: ventanillaunica@borja.es

O también en Oficina de Turismo de Borja
Tfn.: 662 347 611
mail: turismo@borja.es

El Museo de Santa Clara se encuentra ubicado en la planta baja del convento del mismo nombre, un edificio levantado por el maestro Juan de Mendizábal y a donde pudieron trasladarse definitivamente las religiosas en 1.609. La entrada, para no alterar la vida conventual diaria con el ir y venir de visitantes, no se realiza por el acceso principal al convento sino por una entrada lateral.

El museo fue inaugurado en setiembre de 2.003 y surgió como una iniciativa privada de la comunidad de franciscanas clarisas que, con el apoyo del patronazgo de diferentes asociaciones y particulares, así como por el Ayuntamiento de Borja, quisieron poner al alcance del público parte del patrimonio artístico-religioso custodiado en el convento desde la fecha de su fundación. La línea argumental de la exposición trata de poner en relieve el sentido espiritual que representan y simbolizan las diferentes obras.

Tras atravesar la puerta de entrada, se accede a un pequeño jardín que hace las veces de hall o vestíbulo, espacio integrado en lo que es el recorrido propiamente dicho, como exponente del amor a la Naturaleza que caracterizó a San Francisco. Este jardín da paso a las diferentes salas.

Sala I: los fundadores de la Orden

Presidida por las imágenes de los santos fundadores, Santa Clara, en un óleo sobre lienzo del siglo XVII y San Francisco, por una escultura de buena factura del siglo XVIII.

Sala II: la fundación del convento

El eje de esta sala está constituido por una vitrina en la que se muestran diversas piezas relacionadas con los primeros años de vida conventual, entre las que sobresalen una regla de la orden manuscrita en pergamino y con pinturas miniadas de 1.614, y una custodia de plata sobredorada de 1.615. Se hace referencia también a los dos templos utilizados por la comunidad, la antigua parroquia de San Miguel por un lado y el actual templo por otro, edificado sobre la ermita de la cofradía de San Sebastián.

Otra pieza importante de esta sala es el lienzo de un Cristo crucificado, del siglo XVI, con numerosas alusiones simbólicas a la Iglesia y la “Sinagoga”, en referencia al judaísmo.

Sala III: el culto divino

En esta sala se puede contemplar una muestra de los ornamentos y jocalias que fueron utilizados en los actos litúrgicos del convento. Se expone el lienzo de la Comida mística de Santa María de los Ángeles, de gran importancia iconográfica, así como el Santo Cristo de la Venerable orden tercera, procedente del desamortizado convento de San Francisco, realizado a mediados del s. XVIII por el taller del escultor José Ramírez de Arellano.

Sala IV: la época de esplendor

Espacio dedicado a las figuras más destacadas del convento durante los siglos XVII y XVIII. Concretamente a sor Mariana Sallent y sor María Salinas. De la primera se exponen una serie de objetos relacionados directamente con ella. De gran interés artístico es el tríptico de la Crucifixión que donó su hermano y que perteneció al papa Pío V. De la segunda se muestra su biografía impresa, así como el Cristo que donó a la enfermería del convento y con el que la religiosa mantuvo diálogos místicos, antes de partir de Borja para fundar el convento de Gelsa de Ebro (Zaragoza)

Sala V: siglos XVIII-XIX

En esta sala llama la atención una selección de grabados franceses del s. XVIII, realizados por los mejores impresores de Francia. Hay además varias imágenes de vestir del s. XVIII y el estandarte de la Archicofradía del Amor Hermoso, fundada en el convento a finales de la primera mitad del s. XIX. Por razones expositivas se han instalado aquí dos vitrinas con una muestra de los fondos de la rica biblioteca conventual, el más antiguo de los cuales es uno impreso en 1.852.

Sala VI: la música sacra en el convento

Aquí cobran especial protagonismo los tres libros litúrgico-musicales del siglo XVI que fueron mandados imprimir por el Arzobispo de Zaragoza, D. Alfonso Gregorio. También es de gran interés organológico un salterio doble de la segunda mitad del s. XVIII y otros instrumentos musicales utilizados por las religiosas en las fiestas de la Navidad. Por último, hay que destacar un lienzo de la segunda mitad del s. XVIII atribuido a Francisco de Bayeu, pintor de la corte de Carlos III de España y cuñado del aragonés más universal, Francisco de Goya.

Sala VII: Cristo, centro de la vida conventual

El recorrido finaliza con esta sala, de embocadura mixtilínea, concebida como una pequeña capilla. En ella se ha instalado el retablo barroco del noviciado del convento, con un lienzo copia del Cristo de Velázquez. A ambos lados se disponen una serie de brazos relicarios así como el escaparate con la reliquia de San Blas, donada por D. Carlos Sánchez del Río al Centro de Estudios Borjanos.

tarifas, dirección y contacto:

Visitas concertadas o en días laborables, previa reserva en el teléfono del propio museo
Tarifa: Gratuita
Dirección: C/ del Rey, s/n
Borja (Zaragoza)
Tfn.: 976 867 076

O también en Oficina de Turismo de Borja
Tfn.: 662 347 611
mail: turismo@borja.es